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Jaydon Mickens en el partido contra Cal (imagen de usatoday.com) |
Continuando con el
análisis de la plantilla de los
Washington Huskies para el 2014, hoy es el turno de los wide receivers.
Continuidad y solvencia. Éstas son dos de las características principales
del cuerpo de receptores de los Huskies para la temporada 2014. Continuidad
porque apenas un par de jugadores importantes no continuarán este año. Solvencia
porque, a pesar de no tratarse de un grupo estrella de receptores, sí se trata
de una conjunto de jugadores que pueden asegurar un juego aéreo solvente y
eficaz.
La baja más destacada es
la de Kevin Smith. Fue el líder en el juego aéreo del 2013 con un total de 50
recepciones para 765 yardas y cuatro touchdowns. Además era uno de los líderes destacados
del vestuario. Hace pocas semanas ingresó en el roster de los Seattle Seahawks
como UFA. La otra baja significativa, especialmente por cómo se ha producido, es
la de Damore’ea Stringfellow. Éste iba a ser su segundo año y había levantado
grandes expectativas. Sin embargo, tras los incidentes protagonizados por él y
por el QB Cyler Miles con aficionados de los Seahawks en la celebración de
victoria en la superbowl, Stringfellow fue declarado culpable debiendo cumplir una
pena de trabajos sociales. Se perdió todo el spring practice y, tras un
transfer frustrado a Nebraska, finalmente formará parte de la plantilla de Ole
Miss.
Los receptores para este
año son:
Kasen Williams (senior, 6’2’’, 212 libras).
Tras su gran temporada
2012, el año pasado se presentaba como su gran año. Incluso se rumoreaba con
que podría dar el salto a la NFL tras su año junior. Sin embargo sufrió una
lesión en octubre contra Cal que hizo que se perdiera el resto de la temporada.
De hecho, tampoco ha participado en los spring practice y se espera que sí lo
haga en los de verano. Las 142 recepciones en sus tres años lo colocan como el quinto mejor receptor de la historia de los
Huskies. Esperemos que vuelva a lograr su nivel del 2012 y que se recupere
totalmente de la lesión.
Jaydon Mickens (junior, 5’11’’, 171 libras).
El líder de la autoproclamada
“Legion
of Zoom”, Mickens es uno de estos tipos que contagian a todo un vestuario.
Divertido, charlatán, y muy animoso. A nivel juego es uno de esos receptores de
“big plays”. Grandes números la temporada pasada (65 recepciones para 688
yardas y 5 touchdowns, 10’6 yardas por recepción). Por todo esto éste año debería
ser uno de los puntales del juego aéreo del equipo. De hecho, tras la marcha de
Smith y la incertidumbre respecto a Williams, Mickens debería ser la referencia
aérea.
John Ross (sophomore, 5’11’’, 180 libras).
La bala del equipo. Es rapidísimo. Este año ha registrado una marca de
4.29 segundos en la 40 yardas. Destacó el año pasado en el juego de retorno. Su
actuación más destacada fue el retorno de más de 100 yardas en la bowl contra
BYU. Tiene que ir poco a poco participando en el juego de pase tras su primer
año de toma de contacto con la competición. Personalmente es uno de los jugadores
a los que más atento estaré ya que es uno
de mis favoritos.
DiAndre Campbell (senior, 6’2’’, 199 libras).
Última oportunidad para
que Campbell mejore sus más que discretos números de las anteriores temporadas
en las que sufrió continúas lesiones.
El cuerpo de receptores
se completa con Marvin Hall
(junior), Kendyl Taylor (redshirt
sophomore), Taelon Parson
(sophomore), Neel Salukhe
(sophomore) y las dos adquisiciones del recruiting 2014 Dante Pettis y Brayden
Lenius.
Salvando las distancias,
este grupo de receptores me recuerda en
cierto modo al de los Seahwaks: sin individualidades especialmente
destacadas pero solventes y con capacidad de realizar big plays y aparecer en
los momentos oportunos.
GO DAWGS!!!!